A lo largo de la selección, se enraizó la sensación de estar uniendo las obras de cineastes latinoamericanes que, a través del acto creativo, resucitan el pasado para dialogar con sus herencias íntimas y políticas. Desde un gesto plural, proponen modelar un horizonte transformador mediante las herramientas del cine y para el cine. Este impulso nos invita a enfrentar las memorias del presente, habitadas por los espectros de la colonización, de los conflictos armados y de las dictaduras, pero también a cuestionar nuestra relación con la desaparición de las utopías tanto como de los seres amados. Los cortometrajes que les presentamos proponen de esta manera un punto de vista situado en las historias locales, a la vez que conllevan una inventiva formal: la dilución de las fronteras ficción/documental y el uso del 35mm defienden una cierta manera de hacer cine. Se trata de cultivar otra relación con el tiempo, siguiendo el ritmo de la reflexividad, tanto en el momento de la realización como durante la proyección; de salir del oleaje productivo para mirar juntes la génesis de un nuevo mundo de representaciones.
Cyndi Portella, Massimiliano Nardulli, comité de selección
- Ava Mocoi de Luiza Calagian y Vinicius Toro, Brasil
- Cuaderno de Agua de Felipe Rodríguez Cerda, Chile
- Dolores de Marindia, Uruguay
- Fantasma Neon de Leonardo Martinelli, Brasil
- La Baláhna de Xóchitl Enríquez Mendoza, México
- La Sixtina de Juan Camilo Fonnegra, Colombia
- Mi Reino de Luis J. Arellano, México
- Sotavento de Marco Salaverría Hernández, Venezuela
- Último Domingo de Joana Claude y Renan Barbosa Brandão, Brasil
- Zarzal de Sebastián Valencia Muñoz, Colombia
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